Lecciones para un buen liderazgo
El liderazgo es la función que ocupa una persona que se distingue del resto y es capaz de tomar decisiones acertadas para el grupo, equipo u organización, inspirando al resto a conseguir la meta propuesta. Por esta razón, se dice que el liderazgo implica a más de una persona, quien dirige (el líder) y aquellos que lo apoyen (los subordinados) y permitan que desarrolle su posición de forma eficiente.
La labor del líder consiste en establecer una meta y conseguir que la mayor parte de las personas trabajen para alcanzarla.
Es un elemento fundamental en el mundo empresarial, para sacar adelante una empresa u organización, pero también lo es en otros ámbitos, como los deportes (saber dirigir un equipo a la victoria), la educación (profesores que consiguen que sus alumnos se identifiquen con su forma de pensar) y hasta en la familia (padres o hermanos mayores que son tenidos como absoluto ejemplo por parte de sus hijos, por ejemplo).
Las bases para ser un buen líder son:
· Mantenerse al tanto de lo último en el campo en el que se desarrolla el trabajo.
· Observar la labor de otros líderes.
· Modificar la forma de trabajo siempre que sea necesario.
Por otro lado, las cualidades que debe tener alguien que ejerce el liderazgo son:
· Conocimiento
· Confianza
· Integridad
· Carisma
· Capacidad de comunicarse
· Capacidad de planear y organizar
· Innovador
· Responsable
· Inteligencia emocional
· Empatía
· Sinceridad
Existen varios estilos de líder, aquí os dejamos los más habituales:
Visionario
Cuando se necesita una visión clara, en las situaciones de incertidumbre.
Coaching
Cuando debemos centrarnos en el desarrollo del potencial de los colaboradores a largo plazo.
Democrático
Cuando se necesita consenso y participación, toma decisiones consultando con los subordinados
Autoritario
Cuando se ve obligado a cambiar los hábitos de una organización que atraviesa una situación crítica o se debe hacer frente a una emergencia.
Laissez-Faire
Este líder es un líder liberal que hace y deja hacer, tiene un papel totalmente pasivo, ya que los trabajadores o el grupo son los que tienen el poder.
Paternalista
El líder paternalista tiene confianza en sus trabajadores dando compensas y castigos.
Carismático
El líder carismático es aquel que tiene la capacidad de generar entusiasmo en los trabajadores.
Liderazgo transaccional
Este estilo de liderazgo nace con la idea de que los miembros de equipo acuerdan obedecer completamente a su líder cuando aceptan el trabajo.
Liderazgo transformacional
Los líderes transformacionales son considerados los verdaderos líderes por la mayoría de los teóricos del liderazgo. Inspiran a sus equipos en forma permanente y le transmiten su entusiasmo al equipo.
Pese a los diferentes estilos de líder, todos y cada uno de ellos deben o deberían conocer las siguientes lecciones:
1. La información va y viene pero los sentimientos quedan
Es muy importante contar con datos, que argumenten tu decisión a través del razonamiento y la lógica. Estos datos pueden mostrarse mediante gráficos, tablas, resultados, etc.
Pese a la importancia que tiene recoger datos en tu empresa, estos siempre acaban siendo olvidados, lo que realmente queda en el recuerdo es como trates tu a tus empleados, si tratas mal a uno de tus empleados delante de todos los demás, nunca se olvidarán. Así que, a veces es más importante invertir el doble de tiempo en pensar cómo se sentirán tus empleados con tus reacciones que en recoger datos.
Si cometes un error en los datos que recoges, en un gráfico, una tabla, o cualquier otro método para recoger información, podrás solucionarlo fácilmente, pero si dañas la autoestima de cualquier empleado enmendar el daño causado será complicado y en algunas ocasiones, imposible.
2. Las mejores ideas no se encuentran en las presentaciones
Cuando pensamos en la educación, en educar y en ser educados, nos vienen a la mente las conferencias, los libros, las presentaciones, las pizarras y en general cualquier tipo de presentación que hagamos o que nos hagan, además se suele creer que contra más larga y detallada sea la presentación, más valiosa será la información. Pero la realidad es otra, lo cierto es que las grandes ideas pueden ser resumidas en una o dos frases, y sin la necesidad de ser presentadas con cualquiera de los soportes nombrados anteriormente.
Además dichas ideas, pueden ser pensadas por tus propios empleados y no necesariamente por tus compañeros o tu jefe.
Así que no desaproveches ninguna oportunidad para escuchar y aprender de tus empleados.
3. La responsabilidad voluntaria mata las buenas ideas
Si uno de tus empleados tiene una buena idea, es normal que le quieras asignar inmediatamente la responsabilidad de que la lleve a cabo el mismo. Esto puede motivar a los empleados o bien todo lo contrario.
Hay empleados que ya trabajan a su máxima capacidad y si el hecho de tener una buena idea les supondrá llevarla a cabo y por tanto más trabajo, preferirán detener el flujo de ideas y seguir como están, lo cual puede ser una pérdida de oportunidades para ti.
En conclusión, hay veces que los empleados están felices de aceptar una responsabilidad, y hay otras veces que no. Por este motivo, cuando se te presente una situación como esta, siempre pregunta al empleado que ha tenido la idea si le gustaría responsabilizarse y llevarla él a cabo o no, de esta manera no obligarás a nadie a dar más de sí y tus empleados no se sentirán presionados cada vez que tengan una buena idea.
Recuerda una buena comunicación es la base de todo.
4. Compartir solo lo positivo es siempre negativo
Tras tomar una decisión y llevarla a cabo, es muy fácil compartir con tu equipo los aspectos positivos que se han obtenido, pero para construir confianza también debes transmitirles las desventajas y partes negativas que se han producido.
De esta manera, demostraras que sabes encajar tanto los aspectos positivos como los negativos, al mostrar esto no solo te respetaran más tus empleados sino que también se motivaran y trabajaran duro para que los aspectos negativos desparezcan.
5. Los datos son precisos, pero tu jefe tiene razón
Cuando eres líder tu mayor aliado son los análisis de datos, a veces tus datos te llevaran a conclusiones que tu jefe no compartirá.
El liderazgo debe ser dirigido por la información y los datos obtenidos, pero ser un buen líder a veces es complicado y contrario al sentido común. Si tu jefe no está de acuerdo contigo, pregúntale porque para comprenderlo y verlo desde otro punto de vista.
Sabes cosas que tu jefe no sabe, y viceversa, así que para aprender más el uno del otro es importante escuchar y aprender de la experiencia del otro.
Ahora ya estás preparado para ser un gran líder, aunque adquirir esta responsabilidad nunca es fácil, siguiendo estos pasos y poniéndole entusiasmo y ganas a tu trabajo diario lo lograrás.
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