Como dirigir una pequeña empresa
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Ser el propietario de una pequeña empresa conlleva desafíos únicos para la función del negocio. El propietario de una pequeña empresa tiene que manejar todos los desafíos relacionados con las ventas, las entregas, la financiación, la gestión y el crecimiento del negocio, con poco o ningún personal, y debe tratar de que sea un éxito. El desafío más importante de todos es mantener el interés de todas las partes interesadas, como los clientes, los proveedores y el personal, para generar un impulso en corto tiempo. Dirigir una pequeña empresa puede ser muy gratificante, tanto en el aspecto personal como en el financiero.
Lo primero que deberíamos hacer es elaborar un plan de negocios útil.
El plan de negocios es un documento escrito que incluye los objetivos de tu empresa, las estrategias para conseguirlos, la estructura organizacional, el monto de inversión que requieres para financiar tu proyecto y soluciones para resolver problemas futuros.
El primer paso que deberemos hacer es:
Poner la idea por escrito. Es importante que tomes las ideas de tu cabeza y las pongas en el papel. La mayoría de las empresas exitosas ofrecen productos o servicios nuevos, o llenan un nicho existente en el mercado. Sean cuales fueran tus razones para iniciar una pequeña empresa, asegúrate de ponerlas por escrito, de forma clara y concisa.
Revisar varios borradores o versiones del plan de negocios podría ser útil.
En el plan de negocios, incluye tantos detalles como sea posible. Pensar demasiado en los detalles nunca será tan perjudicial como ignorarlos.
También podría ser útil incluir algunas preguntas en los borradores del plan de negocios. Identificar qué es lo que no sabes es tan útil como hacer una lista de las cosas de las que estás seguro. No querrás presentar un plan de negocios lleno de interrogantes sin respuesta a los posibles inversionistas, pero formular preguntas importantes en los borradores iniciales te ayudará a identificar qué es lo que debes responder en tu plan de negocios final.
Pide una cita en el Centro de Desarrollo de Pequeñas Empresas de tu localidad. Esta institución te ayudará durante todas las etapas del ciclo de vida de la empresa. También podría ayudarte a desarrollar un excelente plan de negocios con el que podrías dirigirte a un prestamista; además, la consulta siempre es gratuita.
También puedes hacer consultas en asesoriavh ya que somos un punto de atención al emprendedor (PAE), o también personas conocidas las cuales ya hayan montado su pequeña empresa, puesto que en estos casos cualquier información es buena.
Los Puntos de Atención al Emprendedor (PAE) se encargan de facilitar la creación de nuevas empresas, el inicio efectivo de su actividad y su desarrollo, a través de la prestación de servicios de información, tramitación de documentación, asesoramiento, formación y apoyo a la financiación empresarial.
Identifica tu cartera de clientes. En tu plan de negocio, tienes que identificar quiénes crees que comprarán tu producto o servicio. ¿Por qué esas personas necesitarían o querrían tu producto o servicio? La respuesta a estas preguntas te ayudará a determinar todos los demás aspectos de las operaciones de la empresa.
En este caso, es útil hacer preguntas acerca del servicio o producto. Por ejemplo, quizá quieras hacer preguntas como: ¿mi producto o servicio atrae a la gente joven o a los mayores?, ¿está al alcance de los consumidores de bajos ingresos o es una compra de gama alta? No venderás muchos esquís en Hawái ni helados en Alaska; por eso, sé realista sobre el atractivo de tu producto.
Esboza las finanzas. En el plan de negocios, tendrás que enfrentar algunas preguntas esenciales sobre la situación monetaria de la empresa.
¿Cómo generará dinero el producto o servicio? ¿Cuánto dinero generará? ¿Cuál es el costo de producción del producto o servicio? ¿Cómo piensas cubrir los costos operativos y la nómina? Estas serían algunas de las preguntas que tendrías que responder cuando planifiques el futuro financiero de tu pequeña empresa.
Desarrolla el proyecto. Todas las pequeñas empresas exitosas tienen que expandir su cartera de clientes y su capacidad de producción en los primeros años de funcionamiento. Asegúrate de haber identificado cómo respondería tu empresa ante un crecimiento potencial.
Sé realista respecto a tu potencial de crecimiento. Ten en cuenta que para expandir el negocio también se necesita incrementar el capital de inversión. Proyectar un crecimiento excesivo en un periodo muy corto podría desalentar rápidamente a los posibles inversionistas.
A la hora de administrar nuestra pequeña empresa deberemos.
Seleccionar la forma jurídica de la empresa: Es tan solo una parte de la definición de la nueva empresa. Ya sea bajo la forma del Trabajador Autónomo, o la Sociedad Anónima, Limitada, Laboral, Cooperativa u otra forma, la decisión debe ser objeto de un detenido estudio, a fin de elegir aquella que mejor se adapte a las características del proyecto a desarrollar. Elegir la forma jurídica es la primera de las decisiones que deberás tomar a la hora de realizar los trámites legales para constituir una empresa.
Obtener la licencia. Recuerda que debes registrarte y obtener una licencia para tu pequeña empresa en el sector específico del negocio. Este paso es importante para asegurarte de que el negocio funcione legalmente y acorde a las normas sectoriales. Asegúrate de obtener los permisos relacionados con los servicios específicos que ofrezcas, como reparaciones domésticas o llenado de declaraciones de impuestos, y que exijan registro y certificación. No podrás contratar empleados eficaces si tu negocio no opera con las licencias y los permisos adecuados.
Recuerda, no todos los negocios necesitan licencias. Asegúrate de consultar cuáles son los requisitos para tu empresa.
Certifica a los empleados. Emplea a personas que tengan la licencia correspondiente al sector del negocio. Si todos los empleados tienen licencia, garantizarás que son expertos del más alto nivel y la confianza de los clientes en tu empresa aumentará.
Sé organizado. Organizar el tiempo, la nómina, las finanzas y el inventario es clave para dirigir con éxito una pequeña empresa. Desarrolla una hoja de cálculo que te ayude a controlar todos los detalles importantes, para que no los tengas en la cabeza, y date tiempo para revisar todo, por lo menos una vez por semana.
Si organizas reuniones semanales, quincenales o mensuales con el personal, podrás asegurarte de que todos estén alineados. Estas reuniones también te ayudarán a evitar la pérdida de tiempo o el cruce de responsabilidades entre los miembros del equipo; asimismo, gracias a ellas, podrías analizar quiénes cumplen adecuadamente las funciones que se les asignan y quiénes no.
Delega responsabilidades. No podrás hacerlo todo tú solo, así que delega las funciones y las responsabilidades a los empleados calificados. A menudo, las empresas pequeñas exigen que los empleados asuman muchas tareas y responsabilidades, las cuales quizá no estén claramente dentro sus áreas de especialización.
A menudo, es útil dividir la gestión general de la empresa en funciones específicas y delegar esas funciones a varios empleados o miembros del equipo.
Además, cuando delegues las responsabilidades, asegúrate de asignarle la supervisión de una función específica a una persona calificada. Por ejemplo, no querrás que un contador te represente en un asunto legal o que un abogado lleve tus libros contables. Cuando estés en el proceso de contratar personal, pensar en las funciones del negocio de esta manera te ayudará a identificar cuáles son tus necesidades.
Involúcrate. Una vez que decidas quién será el responsable de las obligaciones del negocio, tienes que seguir involucrado para asegurarte de que todos los empleados llevan a cabo las tareas que se les han asignado. Además, tienes que prestar atención a las necesidades de tus clientes. Asegúrate de saber cuáles son las necesidades de los clientes y sus comentarios, y no evites vincularte con tu cartera de clientes, aunque le hayas asignado esa tarea a otro empleado.
De vez en cuando tendrás que contratar o despedir a algún empleado. Asegúrate de conocer todas las leyes estatales y federales antidiscriminación y las que regulen la igualdad laboral, ya que ambas afectan tanto la contratación y el despido como la disciplina y el tratamiento a los empleados.
Dejar las opiniones de los clientes estrictamente en manos de los empleados es una táctica peligrosa de gestión. Entregar información sobre la satisfacción de los clientes podría convenir a los empleados, lo que, a su vez, hará que tomes malas decisiones gerenciales para la empresa en su conjunto. Por eso, no te limites a aceptar lo que los empleados te digan sobre el negocio sin ver las evidencias de sus afirmaciones.
Llegados a este punto solo nos queda decirte que te pongas manos a la obra y nos dejes en los comentarios si te ha sido útil, si lo has llevado a cabo o si tienes algún truco útil para compartir con todos nosotros.
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